El nuevo Audi Q5 tiene, para empezar, una imagen menos apabullante que la de su hermano mayor el Audi Q7, lo que para algunos puede suponer, ya de entrada, una ventaja estética. Pero en términos más objetivos, el medio metro menos de carrocería y la media tonelada menos de peso, anuncian ya unas cualidades dinámicas más brillantes y una mayor manejabilidad en todo tipo de situaciones. Las fotos pueden dar lugar a cierta confusión con respecto al tamaño real del Audi Q5 y es que las proporciones compactas de sus contornos esconden los más de cuatro metros y medio de longitud que tiene el Q5. En cualquier caso, sigue estando dentro de unas cotas razonables para llevar a cabo una utilización urbana, sin que ello resulte un engorro a la hora de moverse en un aparcamiento subterráneo o circular con cierta agilidad entre el tráfico. Además, ello permite al Audi Q5 disponer de un habitáculo bastante espacioso, tanto en la cota de espacio para las piernas en las plazas traseras (más de 60 cm), como en la de anchura interior (142 cm). El espacio en el maletero ofrece una cifra acorde con lo que cabe esperar, con un volumen mínimo de 470 dm3, que se eleva hasta los 895 dm3 si abatimos los asientos posteriores. Más allá de ello, el asiento posterior puede desplazarse ligeramente hacia delante, lo que nos permite aumentar la capacidad de carga hasta los 520 dm3, conservando las cinco plazas operativas.
Mecánica y transmisión
Bajo el capo de nuestro Audi Q5 disponíamos del motor V6 TDI de 3 litros de cilindrada que no hace mucho tuvimos la oportunidad de probar en su hermano, el Q7, aunque para la ocasión, el mapa de gestión electrónica deja el par máximo nominal en 500 Nm, frente a los 550 Nm del Audi Q7. La contrapartida positiva está en que el Audi Q5 proporciona esos 500 Nm a 1.500 vueltas, es decir, 250 rpm antes que el Q7, con lo que en la práctica no es perceptible ninguna disminución de rendimiento. En esta última generación, el Audi Q5 3.0 TDI incorpora un sistema common rail de inyección a 1.800 bares de presión, dotado de inyectores piezo-eléctricos capaces de hasta cinco inyecciones por ciclo. La sobrealimentación se asigna a un turbocompresor de geometría variable que permite disponer de una curva de rendimiento bastante uniforme, similar a la de un motor atmosférico de mayor cilindrada. Además incorpora un filtro de partículas cerrado.
Bajo el capo de nuestro Audi Q5 disponíamos del motor V6 TDI de 3 litros de cilindrada que no hace mucho tuvimos la oportunidad de probar en su hermano, el Q7, aunque para la ocasión, el mapa de gestión electrónica deja el par máximo nominal en 500 Nm, frente a los 550 Nm del Audi Q7. La contrapartida positiva está en que el Audi Q5 proporciona esos 500 Nm a 1.500 vueltas, es decir, 250 rpm antes que el Q7, con lo que en la práctica no es perceptible ninguna disminución de rendimiento. En esta última generación, el Audi Q5 3.0 TDI incorpora un sistema common rail de inyección a 1.800 bares de presión, dotado de inyectores piezo-eléctricos capaces de hasta cinco inyecciones por ciclo. La sobrealimentación se asigna a un turbocompresor de geometría variable que permite disponer de una curva de rendimiento bastante uniforme, similar a la de un motor atmosférico de mayor cilindrada. Además incorpora un filtro de partículas cerrado.
ola k bonito
ResponderEliminar